miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capítulo 1



<< Nadie dijo que fuera fácil. Todas las emociones, esos sentimientos absurdos... La gente se empeña siempre en escribir siempre el final de su historia. ¿Acaso se equivocan? A veces. Hubo alguien que escribió pequeños trozos que dejaba por acabar. Comenzó a desarrollar su historia por el final, y cuando intentaba volver a los trozos del principio, veía que eran tan cortos, que el simple echo de imaginar continuar con ellos, le provocaba náuseas.>>

Le encanta leer. En esos momentos es en eso en lo único que piensa. Por su cabeza, pasan los cientos, miles de libros que se ha leído en sus largos diecisiete años. Pero eso era normal, para ella, los libros representan gran parte de su vida. Mira el reloj, es bonito, es naranja... pero a la vez, tiene algo que no le gusta. Tal vez sea el horroroso "tic tac", o las dichosas manecillas que hacen que el tiempo pase, o quizás, sea que ya son casi las ocho de la mañana y tiene que ir al instituto.
No se viste rápidamente, porque ya está vestida. No ordena su habitación porque eso ya hace horas que lo ha hecho, al igual que su mochila que tiene todo lo que hoy le hará falta. ¿Y porqué? Porque se ha levantado a las cinco y media. Ya es una costumbre en ella. No se levanta para estudiar, ni tampoco para hacer deberes, no, ella lo ha hecho para leer. Esta vez el libro que lee, se titula "Algún principio alternativo". No sabe porqué lo compró, tal vez le impresionó su título, o a lo mejor la tapa. Éste se lo ha tomado con calma, quiere leerlo poco a poco. Le está gustando demasiado como para acabarlo en dos días.

"Pi pi pi pi" "Pi pi pi pi" Gloria se acerca a su mesilla de noche donde está su alarma y la apaga. Se queda mirando ese bonito y a la vez horrible reloj naranja. Las manecillas, al igual que antes, avanzan paulatinamente, no tienen ninguna prisa en robarte el tiempo, tampoco tienen intención, pero sin darse cuenta, lo hacen. Te lo usurpan , te lo quitan. Cada segundo te arrebatan un hálito de vida, pero ya es hora de irse al instituto así que coge todas sus cosas y sale de la habitación, no sin antes echarle un último vistazo. Sabe que dentro de muy poco no volverá a dormir en su cómoda cama jamás.


Que hayamos tenido un mal día, no significa que la vida haya dejado de merecer la pena Gloria.”

Para mi si... para mi, si...”

Es un recuerdo demasiado doloroso. Era una de las cosas que Gloria había enterrado en su memoria, no los había vuelto a sacar desde ese espantoso día. Y ahora, es entonces, cuando Gloria piensa en su abuela. No debería, pero lo hace, piensa en ella.

Cuanto hace ya que murió? Se pregunta. “¿Un año quizá?”

De lejos ve el internado ¿Qué decir de él? ¿Qué para ella es como una cárcel? ¿Qué es un sitio que te expropia siete horas al día, treinta y cinco a la semana? O a lo mejor, lo único que se puede decir en este momento de ese internado, es que toda la gente que hay ahí dentro, conoce su historia.
El edificio es de piedra y muy grande, mucha gente se queda allí todo el año. Es inmenso, tiene cuatro plantas y las de arriba son todo dormitorios. En ese sitio, solo estudia la gente rica o gente que tiene una beca.
Pasa por un gran hall y sube las escaleras tras enseñarle su carnet de estudiante al bedel. Llega a la cuarta planta y da unos golpecitos en la puerta.

-¡Llegaste! -Una chica de grandes ojos verdes y algunas imperceptibles pecas en la cara ha abierto la puerta. Su pelo casi rubio le llega por debajo de los hombros.
Lleva puesto un jersey de lana beige, unas medias negras y unas botas marrones.
Ella le da un abrazo. Se alegra de verla aunque no sonría, al menos está allí.

-Te he echado mucho de menos Gloria.

Gloria la mira, sabe que le ha hecho daño, aunque la chica intente esconderlo, sus ojos la delatan. Y sabe que nunca se perdonará haber hecho sufrir a su mejor amiga, a su única amiga, por que Nerea no se lo merecía. Así es, esa tímida chica de ojos verdes y pelo casi rubio se llama Nerea.

Lo siento...” Solo un murmuro, apenas audible, pero Nerea lo ha escuchado y sonríe, y la abraza antes de pasar a su primera clase del día.
Sentada al lado de Nerea, en la última fila, donde nadie les presta atención, Gloria no para de mirar a todos lados. Su clase es realmente extraña. A comparación con el resto del vetusto internado, esa clase es muy primaveral.
Mientras el profesor de latín explica la quinta declinación, Nerea le pasa un pequeño papel mal cortado y arrugado. Gloria lo abre y lo lee Hoy parece que le gusta combinar los calcetines con los pantalones, mira.” Ella obedece y escondiendo el papel en su estuche, mira atentamente al profesor.
Unos calcetines amarillos y unos pantalones de pana verdes claros. La pulla que emplea Nerea hace que una pequeña sonrisa asome en su pálido rostro.
Es la primera sonrisa sincera que Nerea ve en Gloria desde hace mucho tiempo.

Las clases terminan y todos los alumnos regresan a la planta número cuatro. En cambio Gloria, se despide de Nerea con un simple adiós y regresa a su lúgubre y solitaria casa. Sube a su habitación y abre las ventanas. Hace frío, el día es gris y para ser Octubre el invierno se adelanta. Se queda mirando el paisaje que se ve desde su gran balcón de piedra. Sin percatarse de ello, se encuentra tarareando una vieja canción, una canción que le hace volver a pensar en su abuela y como antes ha hecho, aparca ese recuerdo.
Cierra las ventanas de golpe, toda la casa está en silencio, como siempre. Va al baño, abre el tercer cajoncito del tocador y coge todos los pinta uñas que hay.
Media hora después, Gloria luce unas perfectas uñas de color naranja. No le gusta el naranja, no es su color favorito. No sabe porqué ha elegido ese color si nunca se las pinta, aunque tiene una vaga idea del porqué de su elección. Mira a su derecha, donde descansa su reloj naranja, el mismo naranja que sus uñas. Se levanta y apoya una uña pintada en el reloj. Si, comprobado, del mismo color. Suspira y se tumba en la cama y allí, tumbada en esa cómoda cama, con varios botes de pinta uñas de colores esparcidos por el suelo de su gigantesca habitación, Gloria se pregunta porqué no es feliz.

6 comentarios:

  1. Para ser el primer capitulo me ha llamado un montón la atención:) En serio, es extraño -en el buen sentido- que te hace sentir un no se qué cuando lo leí;) Publica el siguiente cuando puedas, guapa=)
    Un beso, Any

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  2. Esta genial Paula. Estoy deseando que subas el siguiente :)

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  3. esto me gusta!
    siempre e dicho que una historia interesante se empieza con problemas o con sentimientos! y yo aqui lo e encontrado!! guau! no ser feliz es horrendo!!!!
    pero algo cambiara!!!!
    espero el. sig cap!
    saludos:)

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  4. Dios, ¡me encanta como escribes! *.* Y el primer capitulo me ha encantado. :)
    Besos! ;)

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  5. Paula, desde hoy te digo que tienes una nueva seguidora :)
    Esta historia es diferente, intrigante y algo triste, pero me gusta como escribes, hace que siga leyendo y leyendo ;)
    Espero pronto un nuevo capítulo.
    Besoos!

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  6. ¡Es increíblemente GENIAL! Como escribes hace que a cada palabra quieras leer más y más, enserio Paulita, es genial, adoro como escribes, y sube el siguiente pronto que aquí estoy yo esperando para leerlo e.e

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